16/12/08

Visión periférica

Imagina una pelota situada en medio de una gran habitación con las paredes libres, el suelo azul, el techo alto y grandes ventanas. La pelota es amarilla y está situada a unos pasos por delante de ti marcándote un lugar al que ir, un objetivo. Debes ir hacia ella con los ojos cerrados, detenerte cuando creas que estás más o menos a su altura y entonces abrir los ojos, pero para calcular tu viaje debes mirar primero la pelota desde tu posición y concentrarte en ella: su color, su tamaño, su posición exacta, y cuando quieras, lánzate a ella.
¿Has llegado?, ¿Dónde está la pelota?, ¿Cuánto te falta para llegar a ella?, ¿Tu trayecto ha sido el adecuado?
Vuelve a tu posición. Ahora vas a hacer lo mismo, pero antes de emprender el camino tómate todo el tiempo que necesites -un segundo, tal vez diez minutos- sin prisa, piensa en tu cuerpo y respira, mira la pelota sin apartar la vista pero percibe todo lo que la rodea; la pelota está en un espacio amplio, forma parte de un conjunto que eres capaz de apreciar, de ver. Hay distancia entre las paredes y la pelota, entre el suelo y el techo, también estás tú y tu ritmo, tu tiempo, tu manera de caminar, tu posición respecto al espacio. Concéntrate en todo lo que tus ojos son capaces de ver aunque permanezcas atento a la pelota, incluso hay temperatura, ruidos o silencio... todo está ahí para que lo aproveches.
Cuando cierres los ojos sírvete de todas las percepciones que conservas en tu mente, avanza y piensa en el trayecto; ese es ahora el objetivo, no importa tanto que llegues a la pelota porque ella siempre va a estar ahí, igual de redonda, igual de amarilla.
¿Has llegado?, ¿La tienes bajo tus pies?, ¿El suelo es azul?, ¿Está el techo, el aire y estás tú?
Parece ser que atender a todo lo que tus ojos son capaces de ver te ha logrado orientar. Ahora coge la pelota y juega a que es el sol que cae de un cielo azul.

Imagina que tienes un problema en medio de una gran...

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo imagino y me entran ganas de meterle un chupinazo al problema-pelota.
Buena estrategia psicológica para quitarle importancia a los problemas cotidianos, pesados.
Un beso.

La estatua del jardín botánico dijo...

¡Qué bueno! No me esperaba en absoluto ese final. Es genial. Los problemas son pelotas en medio de una inmensa habitación en la que suceden muchas cosas más y en la que, además, también estás tú.
Besos.

Inma Cañete dijo...

Hola! Se trata de un ejercicio que hicimos en un curso en el que, entre otras cosas, se busca relacionar la mejora de la actitud física -como mirar un objeto atendiendo a la visión panorámica de todo el espacio- con la actitud que se tiene ante las circunstancias de la vida -por ejemplo, mirar los problemas de una forma más amplia teniendo en cuenta el contexto-. Besos!

Gracia dijo...

Hace poco he leído que la capacidad de resolver problemas está relacionada con la capacidad o la fácilidad que se tiene para ver de forma global dicho problema. Es decir que si te concentras sólo en una parte es más dificil que si lo ves todo globalmente...

Sibyla dijo...

Alguien decía:
Cuando tengas un problema, ¿por qué preocuparte?...Si tiene solución, ¿por qué te preocupas? y si no la tiene por qué sigues preocupándote...

Es cierto que no tenemos que poner ese problema como si fuera lo único prioritario en nuestra vida, sí, debemos tener una visión más periférica...sin duda.

Besos:)

Bego dijo...

Hola, hacía mucho que no te visitaba, me ha gustado mucho lo que he leido.
Me encantaría ponerlo en práctica, creo que puede servir de relajación, solo preocuparte de lo que te rodea en ese momento...

Saludos.

Retrack dijo...

Vaya, qué interesante. Me ha gustado eso de ver el problema en su conjunto y explicarlo todo de una manera tan gráfica. Buen post.
Que disfrutes de las vacaciones

Anónimo dijo...

Feliz año, guapa!

Anónimo dijo...

Lo primero FELIZ AÑO
Como siempre es un placer leerte!
Me encantaría tomar esa perspectiva para afrontar nuevos y excitantes problemas que me visitan este año!!
Aish!

¿He dicho ya feliz año?

Pues eso, a ver si hace caso el puñetero y es feliz!!

Un besico