26/9/12

Minúscula vida


No debí consentirlo, no era natural que estuvieras tan encerrado. Pero la locura siempre es más fuerte que la lógica y en ese momento de negrura y zumbidos, la invasión de tu sonido y tu pequeña presencia me aliviaron el alma. Ahora ni estás aquí, ni estás en el cielo. Dónde te busco entonces. Vuelvo a quedarme quieta, a ser árbol, a ver si así te posas.

Ilustración: Nicoletta Ceccoli

2 comentarios:

Isabel dijo...

¡QUÉ HERMOSO! Ese transfigurarse en naturaleza a ver si así sucede.

Besos.

virgi dijo...

La serenidad siempre nos aporta recursos sorprendentes.
Besos besos