14/2/08

¿Por qué Mickey?

El otro día pasé junto a una estatua viviente (podría ser hombre o mujer) vestida de dama plateada, sentada en una silla con la falda almidonada tapando cualquier resto de material improcedente como el mimbre de la silla, los leotardos para aguantar el frío o, ¡sorpresa!, el bolso de Mickey Mouse que tiene escondido bajo el asiento.
Debió ocultarlo mejor. Pasé por detrás y volví la cabeza, algo me hizo mirar al suelo; la atracción de lo íntimo, de lo ajeno. Me sentí como una intrusa robando las llaves de su casa y escudriñando en sus cajones.
¿Por qué ese bolso? Era viejo, rectangular, con asas cortas de color marrón. Me desconcertó Mickey Mouse. ¿Cómo deben ser los bolsos de una estatua viviente?
Yo tuve un bolso escondido y hay quien lo supo sin mi consentimiento. Se hicieron las mismas preguntas cuando lo vieron, ¿Qué lleva dentro?, ¿Por qué lo esconde?, ¿Qué significa? Yo nunca me compraría uno igual.
Más vale no mirar debajo de las sillas de los demás, no abrir sus cajones. Puede que alguien nos vea la raja del culo al agacharnos.

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