13/6/12

Impuntualidad


Lo de aquella mujer no tenía remedio; nunca llegaba puntual. Había probado de todo: cambiar las pilas del despertador, usar relojes de cuerda, de arena, de bolsillo y hasta de sol. Era inútil,  siempre llegaba tarde a todo. Por suerte, también llegó tarde a su cita con la muerte.

Ilustración: Ana Juan

3 comentarios:

Isabel dijo...

Menos mal. Original y sorpresivo micro.

Besos

virgi dijo...

Estupendo, un relato redondo, con un ritmo rápido y diría que hasta refrescante.
Un beso grande.

Gracia dijo...

Me ha encantado este relato. Hacía mucho tiempo que no te le leía y había olvidado lo bonitas que son tus palabras y la facilidad que tienes para hilarlas.