Tengo la cabeza demasiado grande. Eso es porque tengo dos
cerebros; uno para pensar cosas buenas y otro, aparte, para pensar
las cosas tristes. Tengo
el pelo muy largo, tanto que ya no sé dónde acaba. A veces me
llaman desde la otra equina para avisarme de que me he dejado las
trenzas por allí. Mis
ojos también son enormes, sin embargo, nadie me mira a los ojos. Soy
alta y tengo los dedos tan
delgados que me da miedo que se rompan. Dicen que soy fea pero yo no estoy segura de que eso sea verdad.
A veces, la gente habla por hablar. No me importa, no quiero ser de
otra manera porque entonces sería igual que los demás y eso sí que
es una faena.
Ilustración: Tesa González
5 comentarios:
Me encanta! Sobretodo la última frase. A veces sí que es una faena ser como los demás, yo también prefiero ser fea!
Besos
Hay que tener seguridad en una misma. Con autoestima alta caminamos mejor por al vida.
Besitos
jajaja, ¡y qué lo digas! ¡Una faena!
Es lindo el relato.
Abrazos.
Hola guapa!!!me gusta mucho este blog, sabes que tenemos muchas cosas en común, a mí me encanta mirar las casas a través de las ventanas e imaginarme la vida ahí adentro.Un abrazo querida Artemisa, escribes genial, llega al corazón.
Este relato es hermoso. Gracias por compartirlo.
G.
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