Paso muchas horas sola, ¿sabes? No creas, no es tan malo como parece, curiosamente no me siento sola, porque estoy conmigo, y eso es estar con alguien.
Cuando estoy sola soy más paciente, más serena, más silenciosa, más pensativa, más creativa. Por eso me gusta estar sola, porque estoy conmigo.
Hago las cosas que me gustan cuando estoy sola, como quedarme un rato muy largo quieta sin pensar, intentando ser de nada, luego me muevo y me río, y entonces lo soy todo de nuevo, y eso es como volver a nacer, y decido hacerlo muchas veces porque volver a nacer es como vivir muchas vidas seguidas.
No necesito hablar cuando estoy sola, porque me oigo por dentro y eso es algo que con los demás no me pasa, así que aprovecho y me cuento cosas, o me las invento, o las recuerdo. Y todo sin hablar, porque me escucho por dentro.
Es por eso que me gusta cuando estoy sola, porque estoy conmigo, porque soy más como me gusta ser, porque cuando me río me nazco y porque me cuento mis cosas.
6 comentarios:
Desde que estoy de baja yo también paso ratos y ratos sola.
He de confesar que al principio la idea me aterraba (soy un animal social) pero lo cierto es que lo estoy disfrutando.
Y eso que sola, lo que se dice sola no estoy (el bebé cunde como el arroz bomba!)
No obstante sí que estoy disfrutando de esta calma-solitaria antes de que se rompa el cascarón!!
Feliz silencio sol
me gusta escuchar a otros. Son mil veces más interesantes que yo.
Me ha salido una sonrisilla cuando he acabado de leer.
Estar sola, cuando se está bien con una, es estupendo. Y cuando no, pues también, porque así arreglas las cosas contigo misma que ya es algo.
Hala, a nacerse sin parar.
Estar solo es estar con uno mismo, pero hay personas que tienen miedo a estar con ellas mismas, a conversar con su yo... todo en su justa medida, también necesitamos la opinión del otro...
De vez en cuando viene bien, porque a veces con tanta gente, tanto ruido y tantas prisas, no hacemos caso a nosotros mismos.
Como poco me paso 10 horas solo.
No me preocupa ya tanto como me preocupaba. Me cuento tal cantidad de cosas a mi mismo que a veces me asombro de no habérmelas contado antes. Y voy y las escribo. Siempre y cuando no tenga currelo.
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