19/5/08

Contrato laboral temporal

Mi trabajo consiste en averiguar cada día cuáles son mis funciones laborales o, precisando un poco más, cuáles de esas funciones que unos cuantos listillos han enumerado pueden llevarse realmente a la práctica.

Para centrar un poco la cuestión, soy educadora (social, creo) en un instituto de secundaria de un pueblo un tanto peculiar de 10 u 11 mil habitantes, que te recomiendan como mejor opción vital echarse un novio del lugar y quedarse a vivir allí participando de su cultura (entiéndase como tal pasearse en cochazos del Mercadona a la Plaza por las calles casi desiertas y de paso, disfrutar del paisaje de las torres e iglesias adornando las calles, máxima expresión del orgullo popular de sus ciudadanos). Tal recomendación es la que te hacen los propios alumnos cuando les dices que vives fuera.
Toda esta riqueza humana se deja sufrir en la rutina diaria del centro, a medias entre la pobreza de expectativas de los alumnos y la falta de espíritu de algunos para hacer su trabajo. Así que me tengo que desenvolver en un ambiente fangoso que se traga cualquier esfuerzo que haga por avanzar.
Mira que busco y rebusco, pero no encuentro la manera de darle salida a mis ganas de hacer un buen trabajo, me desanimo y no encuentro apoyo. No pido nada excepcional, sólo la voluntad de colaborar con la simple pretensión de velar para que los niños crezcan seguros, protegidos y educados según unos mínimos valores de respeto y amor por las cosas. Por supuesto hay excepciones y gente muy valiosa y comprometida, pero somos pocos para hacer tanta fuerza.
Cada mañana cuando me levanto para ir a trabajar pienso en algo que me motive para empezar el día y tengo que concentrarme mucho, porque no es fácil cuando ayer y los 1.800 días anteriores he tenido que animar a tomar en consideración que un niño lo pasa mal en casa, que sus padres son negligentes y por eso se tira pedos en clase; por pretender que se tomen medidas con esa niña que, aunque no se queja, lleva todo el año sufriendo un aislamiento brutal por parte de todos sus compañeros de clase, que la señalan como apestada; que ese que no lleva los deberes tiene un diagnóstico tal y se toma dos pastillas en el desayuno; que todo tiene una causa.
Yo como las tortugas, pasito a pasito, pero con menos templanza y un poco más de rabia.

10 comentarios:

La estatua del jardín botánico dijo...

Os admiro muchísimo, tanto a los educadores sociales como a los miembros del Departamento de Orientación. Tiraría todos los ordenadores del Instituto y contrataría a tres educadores más y a otros tantos orientadores, porque hacéis mucha falta.
En el instituto en el que trabajo hay más de un caso difícil y unos cuantos niños a los que sus padres tienen dejados de la mano. Los profesores no podemos darles un trato personalizado, y es eso, en mi modesta opinión, lo que esos chavales están pidiendo.
No te desanimes, aunque sé que hay motivos para el desánimo. Vuestra labor es necesaria y encomiable. Hacéis muchos bien y estoy segura de que vayas al centro que vayas, siempre habrá un compañero dispuesto a escucharte y tomar en consideración lo que tienes que decir.

Loly dijo...

Si, es dificil, pero vale la pena.
¿razones para salir cada mañana? Pues tú misma las apuntas: los niños. Aunque nadie mas se entere, aunque el resto pase mucho... Pero por un gesto de amor vale la pena una vida. No te canses de trabajar, de luchar, de soñar.
Un abrazo

Inma Cañete dijo...

Gracias, hoy veo las cosas de otro modo!

jlx dijo...

Lo poco docente que he sido. lo he sido en la universidad, por lo que no tengo opinion al respecto de la docencia en institutos o colegios. Lo que si comprendo es la dificultad que conlleva el realizar un trabajo duro sin que nadie lo valore siquiera en una parte de lo que merece. Mas en tu caso en el que parece que tienes que arramplar con una masa de acomodados ¿funcionarios? que solo piensan en salir apenas han entrado.

Como te dicen por ahi, por suerte o por desgracia trabajas con y para niños, y estos si que son un fin que justifica los medios.

Sigue luchando, por favor, si tu no lo haces ¿Quien lo hará?

Es una pena que tu mayor enemigo, no sea el problema del niño en si, si no las dificultades en tomar medidas.

Animo, y toda mi admiración, de verdad.

Si piensas que te puedo ayudar en algo pegame un toque.

Anónimo dijo...

En primer lugar decirte que es un placer leerte... veo muchas cosas que nos unen:
Yo soy maestra de un pueblo chiquitito de Teruel, me he dedicado durante 10 años al teatro, trabajando en una compañía de teatro de Zaragoza y ... me encanta Galeano.

También comprendo lo que asquea según que situación escolar... yo con quien lidio cada día es con los padres (muchas veces conociéndolos entiendes muchas cosas, en fin..)

Yo también te mando ánimo.. aunque a veces a mi también me falte... es necesario para continuar... "motivación intrínseca " la llaman, dónde se esconderá la puñetera cuando mas la necesito... cachis!

Un besico

jlx dijo...

Je je. Y yo que te iba a hablar de mi queridisima amiga Mona. En verdad que te la iba aponer como ejemplo de tenacidad y orgullo.

En fin besos a las dos que es lo menos que mereceis.

Mar dijo...

Mi más profunda admiración por tu trabajo, de corazón, yo también soy Educadora Social y aunque hace mucho tiempo que no trabajo de ello (trabajé en la ONCE, en ATAM y en Aldeas Infantiles) sé lo duro que es y el enorme esfuerzo personal que requiere.
Un beso grandote y no desfallezcas, estamos muy necesitados de gente como tú en este mundo, mucho.
Muacccc.

Anónimo dijo...

Claro que si!
Es un honor!!
Cuídate mucho y arriba ese ánimo

Gracia dijo...

Desde luego es una pena que no se valore vuestro trabajo, pero por desgracia en nuestro país cuesta mucho abrir camino cuando lo que llega es nuevo y rompe los cómodos esquemas que algunos han trazado. No te desanimes pues es verdad que el mundo anda necesitado de gente con ganas de hacer cosas por los demás!!!
Mucho ánimo!

la tica dijo...

Con personas como tú el mundo consiga poco poco, (aunque con dificultades),rodar. Mucho ánimo para seguir adelante y aunque tú no lo sepas, seguro que esos niños que necesitan ayuda, en su subconsciente gritan tú nombre.