
Ayudan a descansar, a imaginar y a confiar.
A mi hermana -lapequeña- le tengo reservadas un montón de ellas para que le den compañía en estos últimos días de exámenes de final de carrera.
¡Ánimo!
Pongamos algunos ejemplos:
La tristeza se instala fundamentalmente en la garganta, ya que no hay pena sin quejido.
El miedo está claramente apostado en las piernas, más o menos a la altura de las rodillas, por si tiene que salir corriendo.
La soledad está ubicada en el cabello; lo peores días el pelo se recoge en una coleta para unir fuerzas y con la melena suelta crece la percepción de compañía. En el caso de pelo corto, la soledad se cuenta con los dedos.
La alegría comienza en el ombligo (centro energético principal del cuerpo) y se ramifica por todo el cuerpo estirando la comisura de los labios, ampliando extremidades, dando saltos o palmadas.
La furia reside en sitios congestionados como los pliegues de los puños, el fondo de las arrugas de la frente y en el aliento retenido.
La ansiedad, angustia o desesperación (¿esto es una canción?) sí está en el pecho debido a que el estado físico asociado se manifiesta principalmente con palpitaciones, taquicardia y respiración agitada, aunque hay personas que lo sienten en la planta de los pies (el porqué se lo preguntáis a ellas).
El alma en vilo está inmediatamente después de la epidermis, detenida.
Me cuesta ubicar el cansancio, porque lo confundo con la pereza.
La pasión se mueve libremente por todos los órganos del cuerpo, por la piel, los ojos, sube al cerebro y vuelve a bajar por la sangre, se queda un rato en las aletas de la nariz, finalmente se convierte en sudor y se evapora hasta nueva orden.
La curiosidad está en las puntas (de los dedos, de la nariz y de las orejas) y es de colores chirriantes.
La inseguridad no sabe dónde posar, así que no tiene sitio; a veces es palabra tartamuda, tic en el ojo o postura desafortunada, la pobre.
La RABIA la dejé flotando en el agua del post anterior.
Hay muchos más, como el ánimo por los suelos, aunque ya puestos, prefiero la felicidad por los poros.